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Neumonía En Los Niños

La neumonía es una infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones. Los alveolos son unos pequeños sacos que se encuentran dentro de los pulmones y al respirar se llenan de aire y se vacían.

 

 

 

 

La neumonía es una infección respiratoria aguda que afecta a los pulmones.

 

Los alveolos son unos pequeños sacos que se encuentran dentro de los pulmones y al respirar se llenan de aire y se vacían. Al coger aire el oxígeno pasa a nuestro organismo y llega a los alveolos. Una vez allí pasa a la sangre y ésta se oxigena, dejando el CO2 en los alveolos, el cual será expulsado al exterior al soltar el aire. A esto se le llama intercambio gaseoso. Pero cuando una persona tiene neumonía sus alveolos están llenos de líquido y pus, lo que produce dolor al inspirar e impide este intercambio.

 

La neumonía es la principal causa de mortalidad infantil en todo el mundo, con mayor incidencia en países subdesarrollados.

 

Los agentes infecciosos que la producen pueden ser bacterias (Streptococus pneumoniae y Haemophilus influenzae de tipo b), virus (virus sincitial respiratorio), parásitos y hongos.

 

Tiene diferentes formas de propagación. Los virus y las bacterias se encuentran en la nariz o la garganta de las personas y si se inhalan pueden desencadenar infecciones a nivel pulmonar. Pero pueden salir al exterior en la saliva y las secreciones  producidas al toser y al estornudar, como ocurre con la gripe

 

Para reducir la propagación hay que  evitar el contacto físico con las personas infectadas (besos, abrazos…) y no compartir objetos con ellas (vasos, cubiertos, pañuelos…)

 

 También puede propagarse por la sangre, pero se necesita investigar más al respecto.

 

La neumonía comienza tras una infección de nariz y garganta que se convertirá en neumonía en 2 o 3 días

 

Los síntomas variarán en función de la edad del niño y de la causa de la neumonía. Los más comunes son fiebre, escalofríos, tos, congestión nasal, respiración más rápida, pitos al respirar, tiraje subcostal (la parte inferior de las costillas, en lugar de salir hacia fuera en la inspiración van hacia dentro), aleteo nasal, vómitos, dolor en el pecho y abdomen, disminución de la actividad, falta de apetito o alimentación deficiente y coloración azul en labios y uñas en los casos más extremos.

 

La neumonía bacteriana se caracteriza por evolucionar rápido, aparición repentina de fiebre alta y aumento importante de la frecuencia respiratoria. En cambio, en los casos víricos, la evolución es gradual y el síntoma más característico es el de la presencia de pitos en el pecho al respirar.

 

El periodo de incubación y la duración de la enfermedad va a depender del microorganismo que la cause.

 

Los factores de riesgo más importantes son la inmunodepresión, la presencia de patologías como el sarampión y el VIH y factores ambientales (consumo de combustibles de biomasa, hacinamiento y consumo de tabaco por los padres).

 

Si la causa es bacteriana el tratamiento de elección serán los antibióticos. La hospitalización será necesaria en lactantes menores de dos meses y en los casos más graves. En ocasiones será necesaria la administración de oxígeno.

 

En los casos virales la utilización de antivirales ayuda  a prevenir algunos tipos de neumonía y a reducir la gravedad de los síntomas.

 

La vacunación contra la Hib, el neumococo, el sarampión y la tos ferina, es la manera más eficaz de prevenir la neumonía.

 

Las defensas del niño se verán aumentadas con la lactancia materna durante los primeros 6 meses de vida. Además es aconsejable no utilizar combustibles de biomasa, realizar una correcta higiene en los lugares hacinados y evitar el consumo de tabaco en presencia de los niños.

 

Además es muy importante realizar un frecuente lavado de manos y utilizar pañuelos de papel desechables.

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