Dedicado A Mis Mujeres Happyair
Soy una mujer trabajadora más. Una madre de familia que, como otras muchas, intenta hacerse un hueco en nuestra sociedad tras haber cursado una carrera, máster, postgrados e infinidad de cursos.
Dedicado a mis mujeres HappyAir
Soy una mujer trabajadora más. Una madre de familia que, como otras muchas, intenta hacerse un hueco en nuestra sociedad tras haber cursado una carrera, máster, postgrados e infinidad de cursos. Pero no quiero hablar de mí. El 8 de marzo fue el día de la mujer trabajadora, me gustaría homenajear, con mis humildes palabras, a mis heroínas.
Cuando en una familia, uno de sus miembros se ve afectado por una enfermedad crónica, se produce un cambio en la misma. Las visitas a los médicos aumentan, se precisará comprar medicación, se deberán introducir cambios en la alimentación, en la actividad física realizada etc.
Pero qué ocurre cuando la afectada es la mujer, la madre de familia. Esa persona que además de trabajar fuera de casa, intentando traer más ingresos al hogar, lo hace dentro de ella como limpiadora, planchadora, compradora, cocinera, cuidadora de hijos o nietos… y en muchas ocasiones, debido a la educación recibida, sin ayuda por parte de su pareja ni hijos, simplemente, porque es su obligación como mujer.
Si a esto le añadimos que la patología crónica es respiratoria, los síntomas típicos que le acompañan, como la sensación de ahogo, harán todo más complicado. Cuando a la paciente le cuesta incluso realizar su propio aseo personal porque se fatiga, le falta el aire, imaginar lo que puede ser cualquier otra actividad del hogar o laboral. Pero aquí no queda todo. Si además requiere ser tratada con oxigenoterapia, es decir, que para poder respirar precisa estar entre 16 y 24 horas conectada a una máquina todo se complica. Ya no podrá trabajar fuera de casa, para viajar requerirá tener una máquina suministradora de oxígeno en su lugar de destino… En los casos más graves, incluso para salir a la calle deberá hacerlo con una máquina portátil, por lo general con escasa autonomía, que no permite ni ir a ver una película al cine.
En casa, la máquina no podrá estar en contacto con fuentes de calor ni aerosoles (muy presentes en los productos de limpieza y aseo) por lo que ciertas labores del hogar se verán dificultadas. Algunos de estos dispositivos de oxigenoterapia tendrán que estar enchufados durante todo el tiempo que se utilicen, lo que incrementará sustancialmente la factura de la luz.
Por ello y por mucho más, aquí va mi pequeño homenaje a todos esas heroínas, mis mujeres HappyAir, que además de luchar por los intereses de todas las mujeres, como lo hacemos cualquiera de nosotras, luchan por respirar y porque su familias sigan respirando junto con ellas.
Si tú eres una de estas mujeres HappyAir o conoces la historia de alguna de ellas, y quieres compartir tú experiencia contacta con nosotros a través nuestro correo cuentanos@lovexair.com.
Eva Maroto,
Directora del Área de Pacientes, Innovación Tecnológica y Formación de la Fundación Lovexair